Friday, March 21, 2008

Requiem por el centro cultural ex-cárcel

Mis sentimientos hacia el centro cultural ex cárcel son muy encontrados: había una energía muy oscura en el lugar, producto de tanto dolor que se vivió allí dentro. Esa energía nunca pudo ser erradicada del todo, sin embargo cada vez se iba limpiando, a fuerza de arte, dedicación, ceremonias y mucha disciplina. Mauricio Papo, un juglar chileno que cohabitaba el lugar, me dijo una vez que mi espíritu conectaba con todos los vejamenes cometidos en contra de los presos y me propuse trasmutar aquella energía.
Este miércoles filmamos junto a la banda punk vasca "Josu Distorsión y los del Puente Romano" un videoclip de la canción "trastorno Bipolar" en las galerías de la ex- cárcel, junto a más de diez extras, todos ocupantes del espacio. La idea de Maribel, bajista y vocalista de la banda, era mostrar cómo el lugar podía irradiarse de buenas energías. Estuvimos filmando algo así como cinco horas, a pesar de que la administradora del lugar se mostró muy molesta por no haber pedido las autorizaciones correspondientes. La banda estaba agotadísima por el ajetreo propio de la gira, sin embargo Maribel tuvo el presentimiento de que había que filmar ese día. Ahora, el video aún no editado es el último registro audiovisual en el recinto que a estas horas se encuentrra ocupado por una decena de efectivos policiales que mantienen acordonado el lugar, donde se quiere construir un fabuloso centro de convenciones y artes, olvidando que aquel terreno ya era un centro cultural donde los niños jugaban a la pelota, se dictaban talleres de circo, teatro, funcionaba una radio comunitaria y un sinnúmero de organizaciones que con un apoyo nulo de parte de las autoridades administradoras que aparecían tarde, mal y nunca y que jamás financiaron ni uno solo de los proyectos que las distintas agrupaciones postularon a los fondos oficiales durante los siete años en los que el recinto se ganó la reputación de ser uno de los más importantes centros autogestionados del país.
No importó. Hoy sólo queda el desencanto, la pena y la melancolía de un acto que fue planificado metódicamente por los mismos de siempre. Durante febrero hubo incendios donde ya se perdió infraestruictura, cuyos causantes se encuentran impunes a la vez que la justicia no avanza en el esclarecimiento de los hechos, quizás ni siquiera les importa. El domingo, un misterioso apagón dejó a oscuras Valparaíso justo cuando una tokata había sido programada y anunciada a beneficio de las agrupaciones que perdieron sus materiales.
Un viernes santo que será recordado como un punto negro para el desarrollo cultural del país. Si antes fue Jesús el crucificado por los mismos de siempre, hoy es la cultura que simbólicamente vive su vía crucis, y no es un motivo en absoluto para celebrar.